La trocanteritis es una de las causas más comunes de dolor en la cadera, afectando principalmente la cara externa de esta articulación. Esta inflamación suele localizarse en el trocánter mayor, un punto anatómico clave donde se insertan varios músculos esenciales para la movilidad y estabilidad de la cadera. Aquí desglosamos sus síntomas, causas y las mejores opciones de tratamiento para controlar el dolor y mejorar la calidad de vida.
Qué es la trocanteritis
La trocanteritis, también conocida como bursitis trocantérica, es una inflamación de las bursas y/o los tendones ubicados en el trocánter mayor, una estructura ósea prominente del fémur. Esta región es fundamental porque allí se insertan músculos como el glúteo mayor, glúteo medio, glúteo menor y el tensor de la fascia lata, los cuales tienen funciones de extensión, abducción y rotación de la cadera. Cuando estas estructuras se inflaman, se produce un dolor que puede llegar a ser muy intenso y limitante.
Síntomas comunes de la trocanteritis
El síntoma más característico de la trocanteritis es un dolor agudo en la cara externa de la cadera, que suele intensificarse en situaciones específicas, como:
- Al subir y bajar escaleras.
- Al caminar largas distancias o realizar movimientos repetitivos.
- Al acostarse sobre el lado afectado, generando una sensación de quemazón.
- En casos más graves, el dolor puede extenderse a otras zonas del muslo.
Este dolor suele mejorar con el reposo, pero en situaciones prolongadas puede afectar considerablemente la movilidad y la calidad de vida de quien lo padece.
Causas y factores de riesgo de la trocanteritis
La trocanteritis es más común en personas que realizan movimientos repetitivos o están expuestas a factores de riesgo específicos. Algunos de los principales factores de riesgo incluyen:
- Sedentarismo: la falta de actividad física debilita los músculos de la cadera, incrementando la presión sobre los tendones.
- Obesidad: el exceso de peso genera una sobrecarga en la articulación de la cadera.
- Sobreesfuerzos y movimientos repetitivos: actividades deportivas o laborales que implican movimientos repetidos sin una postura adecuada.
- Envejecimiento: con la edad, los tejidos tienden a perder elasticidad y regeneración, facilitando la aparición de tendinopatías.
- Hábitos nocivos: fumar puede influir en la aparición de problemas inflamatorios, ya que afecta la salud general de los tejidos y la capacidad de cicatrización.
Cómo se diagnostica la trocanteritis
Para diagnosticar la trocanteritis, el médico suele realizar una exploración física minuciosa, acompañada de pruebas de imagen para confirmar la inflamación en las bursas o tendones. Los estudios más comunes incluyen:
- Ecografía: permite evaluar el estado de los tendones y bursas alrededor del trocánter mayor, siendo una técnica efectiva y no invasiva.
- Radiografía (RX): ayuda a visualizar la articulación y descartar la presencia de calcificaciones o signos de artrosis en la cadera.
- Resonancia magnética (RM): se reserva para casos más complejos donde se sospecha de una patología mayor o no se ha logrado alivio con el tratamiento estándar.
Tratamiento para la trocanteritis
El tratamiento de la trocanteritis se centra en el alivio del dolor y en la mejora de la movilidad. En la mayoría de los casos, la inflamación puede ser tratada de forma conservadora, siguiendo algunas pautas de cuidado:
Medidas iniciales para el control del dolor
- Aplicación de frío: colocar hielo sobre la zona afectada puede reducir la inflamación. Se recomienda aplicar hielo durante 15-20 minutos varias veces al día.
- Antiinflamatorios orales: el uso de antiinflamatorios (como ibuprofeno) durante tres a cuatro días puede ayudar a controlar el dolor en fases agudas.
- Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento: realizar ejercicios específicos para la cadera y el muslo bajo la supervisión de un fisioterapeuta puede ayudar a aliviar la presión en los tendones afectados.
Infiltraciones y tratamientos avanzados
Para casos en los que el dolor es muy intenso o persiste más allá de tres meses, existen opciones de tratamiento más avanzadas:
- Infiltración ecoguiada: consiste en la inyección de corticoides y anestésicos directamente en la zona afectada para reducir la inflamación. Este procedimiento es seguro y se realiza bajo control ecográfico para mayor precisión.
- Terapia de ondas de choque: este tratamiento ayuda a reducir el dolor crónico estimulando la regeneración de los tejidos en la zona del trocánter.
- Plasma rico en plaquetas (PRP): se trata de un tratamiento regenerativo que utiliza factores de crecimiento para acelerar la recuperación de los tejidos inflamados.
Consejos para la prevención de la trocanteritis
Evitar la trocanteritis es posible adoptando algunos hábitos saludables que contribuyan a la salud de las articulaciones y los tejidos de la cadera. Algunas recomendaciones incluyen:
- Mantener una actividad física regular: la actividad moderada y el fortalecimiento de los músculos de la cadera ayudan a evitar la sobrecarga en los tendones.
- Evitar el sobrepeso: mantener un peso saludable reduce la presión sobre las articulaciones.
- Estirar antes y después del ejercicio: realizar estiramientos ayuda a mejorar la elasticidad y a prevenir lesiones.
- Evitar el tabaco: fumar afecta la salud de los tejidos y aumenta el riesgo de inflamaciones crónicas.
Conclusión
La trocanteritis es una afección dolorosa que afecta principalmente a la cara externa de la cadera y limita la movilidad. Afortunadamente, existen múltiples opciones de tratamiento para reducir el dolor y mejorar la calidad de vida, desde medidas iniciales como el reposo y la aplicación de frío hasta terapias avanzadas como la infiltración o el PRP en casos crónicos. Consultar a un médico especializado en fisiatría y rehabilitación es fundamental para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Si me necesitas, aquí tienes mis contactos para que puedas consultarme.
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