Índice de contenidos
- ¿Qué es el síndrome miofascial cervical?
- Síntomas del síndrome miofascial cervical
- Causas más frecuentes
- Diagnóstico médico
- Tratamiento en Medicina Física y Rehabilitación
- Ejercicios y recomendaciones del fisiatra
- ¿Cuándo acudir a un especialista?
- Preguntas frecuentes sobre el síndrome miofascial cervical
- Consulta a un médico especialista
¿Qué es el síndrome miofascial cervical?
El síndrome miofascial cervical es una de las causas más comunes de dolor de cuello. Se caracteriza por la presencia de puntos gatillo miofasciales, áreas de tensión localizada dentro de un músculo, que generan dolor al presionarlos y pueden irradiar molestias hacia la cabeza, los hombros o los brazos.
Afecta sobre todo a personas que pasan muchas horas frente al ordenador, deportistas (especialmente corredores, jugadores de pádel, tenis o fútbol) y adultos mayores que presentan pérdida de elasticidad muscular. También es habitual en pacientes con estrés crónico o en aquellos con problemas posturales.
Síntomas del síndrome miofascial cervical
Los síntomas más frecuentes son:
- Dolor cervical localizado que puede irradiar hacia la cabeza, mandíbula, hombros o espalda alta.
- Rigidez muscular y sensación de “contractura” persistente.
- Dolor referido en zonas alejadas del punto gatillo, como cefaleas tensionales.
- Limitación de la movilidad en el cuello.
- Hipersensibilidad al tacto en zonas concretas del músculo.
- En algunos casos, mareos o sensación de inestabilidad asociados a la tensión cervical.
El dolor suele empeorar con el estrés, malas posturas, esfuerzos físicos o falta de descanso adecuado.
Causas más frecuentes
El síndrome miofascial cervical puede tener múltiples desencadenantes, entre ellos:
- Mala postura mantenida (trabajo de oficina, uso prolongado del móvil).
- Sobrecarga muscular en deportistas.
- Estrés y ansiedad, que aumentan la tensión muscular.
- Traumatismos cervicales, como el latigazo cervical tras un accidente de tráfico.
- Alteraciones articulares como artrosis cervical.
- Falta de actividad física o sedentarismo prolongado.
- Alteraciones en la mordida o problemas de la articulación temporomandibular (ATM).
Diagnóstico médico
El diagnóstico del síndrome miofascial cervical es fundamentalmente clínico. El especialista en Medicina Física y Rehabilitación realiza:
- Historia clínica detallada con exploración de hábitos posturales y actividad física.
- Exploración física, palpando los músculos cervicales en busca de puntos gatillo dolorosos.
- Evaluación de la movilidad del cuello y pruebas de provocación del dolor.
- En casos seleccionados, se pueden realizar ecografías musculares para descartar otras lesiones o guiar infiltraciones.
No existen pruebas de imagen específicas para confirmar el diagnóstico, pero sí ayudan a descartar hernias cervicales, radiculopatías o artrosis avanzada.
Tratamiento en Medicina Física y Rehabilitación
El abordaje del síndrome miofascial cervical es multimodal y adaptado a cada paciente. Entre las opciones más utilizadas se encuentran:
Tratamientos médicos y fisiátricos
- Infiltraciones eco-guiadas en los puntos gatillo con anestésicos locales, corticoides, toxina botulínica o plasma rico en plaquetas (PRP), según el caso.
- Ondas de choque focales, que mejoran la circulación y reducen la contractura muscular.
- Bloqueos analgésicos en pacientes con dolor persistente.
- Farmacoterapia puntual (relajantes musculares o analgésicos en fases agudas).
Fisioterapia y técnicas complementarias
- Terapia manual y estiramientos específicos.
- Electroterapia para disminuir la tensión muscular.
- Punción seca en puntos gatillo.
- Ejercicios terapéuticos de fortalecimiento y movilidad cervical.
- Educación postural y ergonomía laboral.
El tratamiento precoz mejora significativamente la evolución y previene la cronificación del dolor.
Ejercicios y recomendaciones del fisiatra
El fisiatra puede recomendar ejercicios adaptados al paciente, como:
- Estiramiento del trapecio superior: inclinar la cabeza hacia un lado manteniendo 20-30 segundos.
- Movilidad cervical suave: rotaciones lentas y controladas del cuello.
- Fortalecimiento escapular: ejercicios con bandas elásticas para mejorar la postura.
- Pausas activas cada 45-60 minutos frente al ordenador.
- Mantener una posición ergonómica: pantalla a la altura de los ojos, espalda recta y pies apoyados.
- Técnicas de relajación y control del estrés (respiración diafragmática, yoga, mindfulness).
¿Cuándo acudir a un especialista?
Debes consultar a un médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación si presentas:
- Dolor cervical persistente que no mejora con reposo o analgésicos simples.
- Rigidez marcada que limita la movilidad.
- Dolores de cabeza frecuentes relacionados con la tensión en el cuello.
- Sensación de hormigueo, mareos o irradiación del dolor hacia brazos y hombros.
- Episodios repetidos que afectan a tu calidad de vida o a tu rendimiento deportivo.
Preguntas frecuentes sobre el síndrome miofascial cervical
¿El síndrome miofascial cervical es lo mismo que una contractura?
No exactamente. Aunque ambos generan dolor y rigidez, el síndrome miofascial implica la existencia de puntos gatillo que pueden provocar dolor referido en otras zonas.
¿Se cura definitivamente?
Con un tratamiento adecuado, el dolor y los puntos gatillo pueden desaparecer o controlarse durante largos periodos. La prevención y los ejercicios son clave para evitar recaídas.
¿Las infiltraciones son dolorosas?
Se realizan con control ecográfico, lo que las hace precisas y bien toleradas. Además, suelen proporcionar un alivio rápido y duradero.
¿El estrés influye en el dolor cervical?
Sí. El estrés es uno de los principales factores que aumentan la tensión muscular y favorecen la aparición del síndrome miofascial.
Consulta a un médico especialista
Si experimentas dolor persistente en el cuello, rigidez que limita tus movimientos o cefaleas frecuentes relacionadas con la tensión cervical, no dudes en contactar conmigo para valorar juntos tu caso y comenzar tu camino hacia la recuperación.
Como médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación y como experta en esta área, mi objetivo es ayudarte a encontrar el tratamiento más adecuado para que recuperes tu calidad de vida. Recuerda que, aunque el síndrome miofascial cervical es una patología frecuente, cada caso es único. Con un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado, es posible aliviar los síntomas y prevenir complicaciones futuras.
En tal sentido, recuerda que los contenidos de esta página tienen carácter meramente informativo y no sustituyen la evaluación clínica ni el juicio diagnóstico de un profesional. No constituyen práctica de telemedicina ni crean por sí mismos una relación médico-paciente. Cada caso requiere valoración individual antes de iniciar, modificar o suspender cualquier tratamiento o ejercicio. Por tanto, no adoptes medidas que no te hayan sido indicadas en una consulta profesional y en situaciones de urgencia, contacta con el 112 o acude a Urgencias.