Índice de contenidos
- ¿Qué es la lumbalgia mecánica?
- Síntomas de la lumbalgia mecánica
- Causas más frecuentes
- Diagnóstico médico
- Tratamiento en Medicina Física y Rehabilitación
- Ejercicios y recomendaciones del fisiatra
- ¿Cuándo acudir a un especialista?
- Preguntas frecuentes
- Consulta a un médico especialista en Madrid
¿Qué es la lumbalgia mecánica?
La lumbalgia mecánica es el dolor localizado en la zona baja de la espalda (columna lumbar), generalmente de origen musculoesquelético. Se denomina “mecánica” porque el dolor suele empeorar con el movimiento o con determinadas posturas, y mejora con el reposo relativo.
No se trata de una enfermedad en sí, sino de un síntoma derivado de alteraciones en músculos, articulaciones, discos intervertebrales o ligamentos lumbares.
La lumbalgia mecánica es una de las causas más frecuentes de dolor de espalda en adultos. Afecta tanto a trabajadores de oficina que pasan muchas horas sentados, como a deportistas y personas mayores con sobrepeso u obesidad. Es muy común en adultos de entre 30 y 60 años y puede ser aguda (menos de 6 semanas), subaguda o crónica (más de 3 meses).
Síntomas de la lumbalgia mecánica
Los síntomas más habituales son:
- Dolor en la zona lumbar baja, generalmente bilateral.
- Rigidez matutina o al permanecer mucho tiempo en una misma postura.
- Empeoramiento del dolor al inclinarse, levantar peso, toser o realizar esfuerzos.
- Sensación de sobrecarga muscular.
- En algunos casos, irradiación hacia glúteos o muslos (pero no suele bajar de la rodilla).
- Mejora del dolor al descansar o con calor local.
Causas más frecuentes de la lumbalgia mecánica
Las principales causas son:
- Sobrecarga muscular: esfuerzos bruscos, malas posturas, trabajos repetitivos.
- Sedentarismo: debilidad de la musculatura abdominal y lumbar.
- Alteraciones de la columna: artrosis lumbar, escoliosis, espondilolistesis.
- Degeneración discal: desgaste de los discos intervertebrales.
- Factores ocupacionales: estar muchas horas sentado frente al ordenador, conducir largos trayectos, levantar cargas pesadas.
- Factores deportivos: sobreentrenamiento, mala técnica en corredores, tenistas o jugadores de pádel.
- Obesidad: exceso de peso que incrementa la carga sobre la columna lumbar.
Diagnóstico médico
El diagnóstico de la lumbalgia mecánica lo realiza un médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Se basa en:
- Historia clínica detallada: cuándo comenzó el dolor, factores desencadenantes, evolución.
- Exploración física: valoración de movilidad lumbar, fuerza muscular, reflejos y sensibilidad.
- Pruebas de imagen (en casos seleccionados): radiografías, resonancia magnética o TAC.
- Ecografía musculoesquelética: útil para valorar lesiones de partes blandas y guiar infiltraciones si fueran necesarias.
El objetivo es diferenciar la lumbalgia mecánica de otros tipos de dolor lumbar, como el dolor neuropático (ciática) o el dolor inflamatorio.
Tratamiento en Medicina Física y Rehabilitación
El tratamiento de la lumbalgia mecánica es individualizado y depende de la causa, la intensidad de los síntomas y el perfil del paciente.
Tratamiento conservador
- Fisioterapia: técnicas analgésicas, movilización articular, estiramientos y fortalecimiento progresivo.
- Ejercicios terapéuticos: dirigidos a estabilizar la columna y mejorar la fuerza abdominal y lumbar.
- Ondas de choque focales: en casos de sobrecarga muscular persistente.
- Electroterapia y termoterapia: alivio del dolor y relajación muscular.
Infiltraciones ecoguiadas
En casos de dolor crónico o cuando el tratamiento conservador no es suficiente, pueden indicarse:
- Infiltraciones con corticoides: reducen la inflamación local.
- Infiltraciones con ácido hialurónico: mejoran la movilidad y lubricación articular.
- Plasma Rico en Plaquetas (PRP): estimula la reparación de tejidos dañados.
- Toxina botulínica: en casos seleccionados de contracturas musculares severas.
Ejercicios y recomendaciones del fisiatra
El abordaje activo es fundamental en la lumbalgia mecánica. Algunas recomendaciones son:
- Evitar reposo prolongado; mantener actividad física moderada.
- Practicar ejercicios de estiramiento lumbar y de cadena posterior.
- Fortalecer la musculatura abdominal y glútea con ejercicios de core.
- Caminar diariamente y evitar el sedentarismo.
- En oficina: usar una silla ergonómica, apoyar bien la espalda y levantarse cada 45-60 minutos.
- En deportistas: calentar antes de entrenar, estirar después y revisar la técnica deportiva.
¿Cuándo acudir a un especialista?
Es recomendable consultar al fisiatra o rehabilitador cuando:
- El dolor persiste más de 2 semanas sin mejoría.
- Existe dolor nocturno que interrumpe el descanso.
- Se presenta debilidad en las piernas o alteraciones de la sensibilidad.
- Hay antecedentes de traumatismo o caídas.
- El dolor limita las actividades cotidianas o deportivas.
Preguntas frecuentes sobre lumbalgia mecánica
¿La lumbalgia mecánica se cura?
En la mayoría de los casos, sí. Con un tratamiento adecuado y ejercicios regulares, el dolor mejora significativamente y puede prevenirse la recurrencia.
¿Es bueno hacer reposo absoluto?
No. El reposo prolongado empeora la rigidez y retrasa la recuperación. Se recomienda mantener actividad física adaptada.
¿El sobrepeso influye en el dolor lumbar?
Sí, el exceso de peso aumenta la presión sobre los discos lumbares y favorece la aparición de lumbalgia mecánica.
¿Puedo seguir haciendo deporte si tengo dolor lumbar?
Depende de la intensidad del dolor. En fases agudas conviene reducir la carga y reintroducir el ejercicio de forma progresiva bajo supervisión médica.
Consulta a un médico especialista en Madrid
Si experimentas dolor persistente en la zona lumbar, rigidez o dificultades para moverte, no dudes en contactar conmigo para valorar juntos tu caso y comenzar tu camino hacia la recuperación. Como médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación y como experta en esta área, mi objetivo es ayudarte a encontrar el tratamiento más adecuado para que recuperes tu calidad de vida.
Recuerda que, aunque la lumbalgia mecánica es muy frecuente, cada caso es único. Con un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado, es posible aliviar los síntomas y prevenir complicaciones futuras.
En tal sentido, recuerda que los contenidos de esta página tienen carácter meramente informativo y no sustituyen la evaluación clínica ni el juicio diagnóstico de un profesional. No constituyen práctica de telemedicina ni crean por sí mismos una relación médico-paciente. Cada caso requiere valoración individual antes de iniciar, modificar o suspender cualquier tratamiento o ejercicio. Por tanto, no adoptes medidas que no te hayan sido indicadas en una consulta profesional y en situaciones de urgencia, contacta con el 112 o acude a Urgencias.